jueves, 2 de febrero de 2012

La viejecita

 Una viejita va al supermercado y pone en su canasta las latas más caras de comida para gatos. Ya en la caja, le dice a la cajera:
 Yo  sólo compro lo mejor para mi gatito. 

 La cajera  le responde:
 
 Lo  siento, pero no podemos venderle comida para gato sin que compruebe que tiene un gato. Muchos ancianos compran comida para gatos y luego, por necesidad, ellos mismos se la comen. La gerencia necesita una prueba de que realmente usted tiene un gato.

La anciana se va a su casa, toma a su gato, lo mete en un maletín y regresa al supermercado.
La vendedora lo comprueba y le vende las latas.
 
 El dia siguiente, la misma viejita va al súper y compra 12 galletas para perro. La cajera le exige la prueba de que tiene un perro,  aduciendo que muchos ancianos llegan a comerse la comida para perro.

 
 Frustrada, la viejita va a su casa y regresa con su perro; al fin, le venden las dichosas galletas. 

Un día después la señora regresa al súper, y lleva una pequeña caja con  un hueco en la tapa. Al entrar, se acerca a la cajera y le pide que meta un dedo en el hueco de la tapa. 
 
La cajera dice:
 
 No... quizá usted tenga ahí una serpiente.

 La anciana le asegura que en la caja no hay algo que muerda. Entonces, la cajera mete el dedo... e inmediatamente lo retira y le grita a la viejita:
 
 ¡ESTO ES MIERDA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
 
La viejita, con una sonrisa de oreja a oreja, le dice a la cajera:

 Es cierto, querida. Y ahora... 
¿PUEDO COMPRAR CUATRO ROLLOS DE PAPEL HIGIÉNICO?

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