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Con lágrimas en los ojos cuenta que su historia no es la de un fuera de la ley, aunque reconoce la imprudencia. "Lo que pasa es que he conducido hasta camiones y ratonas cuando me ha hecho falta para dar de comer a mis cinco hijos y es que yo no sé leer ni escribir". Camiones propios para el traslado de la churrería con la que se ha recorrido Extremadura entera, pero la maquinaria de obras por cuenta del Ayuntamiento de Almaraz cuando ha trabajado de lo suyo, de oficial de albañilería y encofrador.
A conducir le enseñó su padrastro y con quince años le tocó trasladar a un herido grave en un accidente por orden de la Guardia Civil. No fue su único contacto con la Benemérita, pero del otro tampoco salió mal parado. "Hará más de veinte años --calcula-- pero entonces me pusieron una multa por no tener carnet y nada más". El lunes, sin embargo, lo sorprendió la Policía Local en un control rutinario en la avenida Donantes de Sangre, junto a su casa. Fue detenido por un presunto delito contra la seguridad vial y ayer se celebró ya el juicio rápido. A la salida, con la sentencia en la mano y rodeado de su familia, sintió verguenza. "Yo necesito el coche por si me sale un trabajo y tengo a mi mujer enferma, pero en las autoescuelas me han dicho que no puedo por no saber leer". Ahora está en paro y tiene su R-21 inmovilizado e insiste: "Yo ya solo lo cogía para urgencias, como el lunes que venía del hospital con mi mujer". Mientras su hija lo defiende: "Con la de niñatos que van sin carnet...".
Fuente: www.elperiodicoextremadura.com
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